jueves, 17 de octubre de 2013

LA AMANTE


He vuelto a verte de nuevo paseando por la ciudad, te he visto gallardo y sereno, sonriente y franco de expresión, he vuelto a sentir el recuerdo de tu persona dentro de mí, junto con ese dolor que me es tan familiar, tan antiguo, tan mío, el mismo que sigue apoderándose de mi alma y mi ser, te vi, y quise gritar a los cuatro vientos para llamar tu atención, quise llamarte y envolver el eco de la calle con tu nombre, ese nombre prohibido que acaricio escondido en el fondo de mi interior.

Pensaba decirte tantas cosas que se me quedaron guardadas antaño... mas, la razón no me lo permitió, la congoja se apoderó de mi garganta de tal manera... como si quisiese dejar en el olvido tu recuerdo y tu nombre, y no pude llamarte, me limité a esconderme en el rellano de un comercio detrás de los cristales, aún así seguía mirando tu reflejo a través del escaparate, seguí el recorrido de tu silueta con mis dedos mientras acariciaba los fríos cristales, palpé de nuevo tus cabellos, esta vez plateados por el paso del tiempo, aún así no me eras desconocido.

Te he visto de nuevo y he notado el gélido frío de tu desamparo, el desarraigo de tus caricias, el regalo olvidado de tus delicias y el abandono de todo mí ser.
Me he quedado meditando a través de estos duros años, en cómo y el por qué de tu rechazo, en el aspecto repentino de tu desencanto hacia mi persona, me prometiste tantas veces que jamás dejarías de amarme... hoy sigo yo quejándome de aquellas falsas promesas, de aquellas mentiras piadosas que me decías al oído mientras amaste mi cuerpo, aquellas infundadas caricias si al final era cierto que no me amabas como yo te amé.

Hoy te he visto del brazo de otra mujer. ¡Y no era yo!

Mas... bien podría ser ella, esa que adornas con lisonjas y arrumacos, la misma que toma la ambrosía de tus manos, la que se regocija con la labia de tus encantos...

Pero no, no soy yo, hoy soy yo la que se baña en las aguas de mis lágrimas, la que se esconde para no recordar el falso amor tuyo... la que te perdió.

Y te sigo queriendo... aunque me muera por decírtelo no lo digo, y me callo, y me miento, y me escondo, y sigo mentalmente a tu lado tocando las aristas que tu tocas, rozando las barandas de tu escalera cuando tú cierras la puerta de la casa, y sigo notando el calor de tus manos a través del frío metal, y sigo pegando mi cara a ese calor, como queriendo sentir aún tus caricias, y respiro el aire que te rodea cuando doblas las esquinas, y sigo pisando tus mismas huellas que dejas marcadas en el barro después de la lluvia, y te sigo, y te veo sonreír mientras mi alma llora.

Aún así me callo, no grito tu nombre aunque me muera, no despierto de la fuente sus palomas que dormitan a la sombra, palomas que te quedas observando, como si recordases mi nombre... Paloma.

Hoy soy yo la que rehuye, la que se esconde como antaño tú lo hiciste, la que cierra a cal y canto el amor, amor que no traspasa no hace daño.

Ayer sólo fui una, tu amante....

hoy... hoy somos tres, mi olvido, mi amor y yo.