martes, 15 de julio de 2014

NI CONTIGO NI SIN TI

Me sabes a miel,
mi adorado y dulce tormento,
me sabes a hiel
cuando de ti, me separo un momento.

Te quiero y no te quiero,
amargo y dulce consuelo,
te espero y no te espero
maldita esta vida, maldito este duelo.

Un mar de dudas... inquietas emociones
es este vivir y morir, suplicios,
resquicios de locuras, laberinto de pasiones.

Si te tengo, ya no vivo,
si no te tengo, ya me muero,
mi vida sin ti no concibo,
hoy ya no sé si te quiero o no te quiero.

Es el amor abundante cosecha de agravios,
de ilusiones, de sueños, de tanto...
que a cambio del almíbar de tus labios
hasta mi alma daría en quebranto.

Es, tan dentro de mí, que te siento,
estrella mía, mi sol, mi lucero,
que hasta en mi pelo yo llevo tu aliento,
por que vivir sin ti, ya ni quiero......ni puedo.




jueves, 10 de julio de 2014

A mi Salamanca querida



A mi Salamanca querida,
ciudad de caballeros charros,
de calle empedrada y sombría,
de campos de encinas y toros bravos.

A mi Ciudad Rodrigo añorado
que yergue orgulloso su castillo amurallado,
cuántas veces, cuántas, me habré bañado en tus aguas,
aguas del río Águeda, que sin querer separas
la ciudad, del humilde puente romano.

A La Fuente de San Esteban, pueblo amado,
de gentes sanas y trabajadoras,
campanario de cigüeñas coronado.

¡Cuántas heladas tu plaza ha soportado!
¡Cuántas matanzas en diciembre!
¡Cuántos trenes te han pasado!

Campo charro, campo charro
qué largos y fríos son tus inviernos
qué cortos y ardientes son tus veranos.
Campo charro, campo charro.

¡Cuánta sangre derramada
por valientes caballeros armados!
¡Cuánta batalla andada
por moros y cristianos!

A mi Salamanca querida
tierra de hombres sabios,
que a pluma escribieron la vida
y la dureza de tus campos.

Que cantaron de tus gentes
los amores, desamores y engaños,
que lidiaron con honores
tus hermosos toros bravos.

A mi salamanca querida
nunca olvidaré,
donde pasé parte de mi juventud
y toda mi niñez.

SUSPIROS


En el silencio de la noche se oye
una melodía débil, un suspiro,
quizás un susurro,
quizás un gemido,
que el viento de la noche
arrastra en su silbido,
ecos de tu boca, que en tu lecho,
el aire te roba los quejidos de tu pecho.