jueves, 10 de julio de 2014

A mi Salamanca querida



A mi Salamanca querida,
ciudad de caballeros charros,
de calle empedrada y sombría,
de campos de encinas y toros bravos.

A mi Ciudad Rodrigo añorado
que yergue orgulloso su castillo amurallado,
cuántas veces, cuántas, me habré bañado en tus aguas,
aguas del río Águeda, que sin querer separas
la ciudad, del humilde puente romano.

A La Fuente de San Esteban, pueblo amado,
de gentes sanas y trabajadoras,
campanario de cigüeñas coronado.

¡Cuántas heladas tu plaza ha soportado!
¡Cuántas matanzas en diciembre!
¡Cuántos trenes te han pasado!

Campo charro, campo charro
qué largos y fríos son tus inviernos
qué cortos y ardientes son tus veranos.
Campo charro, campo charro.

¡Cuánta sangre derramada
por valientes caballeros armados!
¡Cuánta batalla andada
por moros y cristianos!

A mi Salamanca querida
tierra de hombres sabios,
que a pluma escribieron la vida
y la dureza de tus campos.

Que cantaron de tus gentes
los amores, desamores y engaños,
que lidiaron con honores
tus hermosos toros bravos.

A mi salamanca querida
nunca olvidaré,
donde pasé parte de mi juventud
y toda mi niñez.

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