lunes, 18 de enero de 2016

El ratón Federico



El astuto Federico
tiene cola tiene hocico,
la mirada de espía
pata larga y cuerpo chico.

Entra y sale entre los potes
con el queso en los bigotes,
anda a saltos todo el día
escondido y dando botes.

Federico es un moderno,
bebe vino en el invierno,
en verano la sandía,
cata el queso sin gobierno.

Es una lima de acero
royendo de enero a enero,
el queso es su idolatría
y la ropa del ropero.

¡Harta me tiene el gazapo!
Poniendo trampa no atrapo.
Ni con gato se hastía.
¡Como lo pille lo estampo!

Se mete en el gallinero,
se estremece hasta el carnero,
que del miedo escaparía
corneando al ganadero.

Entra en casa del vecino,
se le caga en el comino
que a la matanza echaría
con el pimentón molido.


Luego viene mi vecino,
con la probadura en mano,
toma y prueba, me decía,
lo rica que me ha salido.

A un flautista he contratado,
buenos cuartos he pagado,
dice que no volvería
por dejarlo encantado.

Federico que ha oído
de la flauta su sonido
se ha puesto en romería
sacando el queso y el vino.

Los dos se han emborrachado,
al carnero han sacado
de juerga y correría,
y en sus lomos se han montado.

Con el ruido que han formado
ha salido el ganadero,
pensando que ayudaría
se une al divertimento.

Por si fuera poco evento
el vecino muy contento
saca el jarro de sangría
y la carne que ha embuchado.

¡Harta me tiene el gazapo!
Ya no es uno si no cuatro
que se han puesto en rebeldía,
¡Saco la escoba y lo estampo!

Uno por uno lo atrapo
mientras el vino hace efecto,
aunque gaste más de un día.
¡A los cuatro a tomar viento!