Apegada a tu cortejo y a mis recuerdos vivo,
cosechas que me regalé, y tú me diste,
turbación virtual, principio y motivo
de una creación, que aún existe.
Tú no eres tú, eres solo mío,
y yo ya no soy yo, de ti colmada,
éramos errantes vagabundos, y a la vez nada,
hoy dos mundos, dos afluentes de un mismo río.
Arremetiste a mi alma en discreta armonía
casi sin pensarlo, como sonido acompasado,
paulatino, velado, y a la vez bullicioso y agitado.
Y dejándome mecer por tan arcana melodía,
en mansedumbre o rebeldía, voy virando
a tus brazos, tan lejos de mi, tan a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario