martes, 14 de agosto de 2012

Don Camilo y Don Fermín

En casa de don Camilo-lo
sin ventanas ni cristales-les
se le cuelan los mosquitos-tos
las moscas y los violeros-ros
planeando por el aire-re,
a pesar de espantarlos-los
con el viejo matamoscas-cas
que le regaló su abuelo-lo.
Sentado en la mecedora-ra
se han posado en su crisma-ma
le pican la cocorota-ta
ahora tiene que ponerse-se
en la calva dos sombreros-ros.

Camilo rasca que te rasca,
rasca que te rasca rascarás,
rasca que rasca que te rasca,
rasca que tu calva crecerá.

A la cueva de los osos-sos
se metió el tío Fermín-min
por la miel de las abejas-jas
que esconden todas allí-lli.
Con escalera de cuerda-da
de los años catapún chin-chin
mientras baja despacito-to
se le parte por el medio-dio
contra el suelo se ha pegado-do
del estrepitoso ruido-do
la familia ha despertado-do
viéndolo despachurrado-do
se han reído del Fermín-min.

Fermín levanta que te pillan
corre que te corre correrás
corre que corre que te corre
corre, corre, que te pillarán.

Don Camilo y don Fermín-min
juntos salen de paseo-o
por la carretera vieja-ja
uno lleva dos sombreros-ros
el otro la pata tiesa-sa
cabestrillo y cojera-ra.
Dando tumbos caminando-do
van cantando agarrados-dos
sus penas y sus batallas-llas
al compás del aguardiente-te
con repique de botellas-llas
que llevan en ambas manos-nos.
Al aroma de lo dulce-ce
y sonido de cristales-les
las abejas avivaron-ron
don Camilo y don Fermín-min
corren ya que se las pelan-lan
por la carretera abajo-jo
un charco han divisado-do
de cabeza se han metido-do
en la mierda de marranos-nos

Don Camilo y don Fermín
corren corren descosidos
por mucho que han corrido
van picados y dolidos.




















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